Según la fórmula expuesta por Roberto Gárriz en el número 38 de la revista Odradek, leer a un texto es seguirle la pista al autor, aunque no por quedarse en la letra, sino en la cara, directamente indagándolo.
Ese comentario, da como origen al escritor, crítico, astrólogo, Erbóreo Frot. Entre los muchos aspectos que se pueden detallar de las tribus literarias, como la de Vila-Matas, ya descripta por Roberto Gárriz, yo misma fui testigo del nacimiento de algunas.
En especial, Erbóreo Frot, que en algunos círculos, poco informados, se tiene por escritor inexistente, vendría a ser considerado por los descreídos, como un personaje de Roberto Bolaño, escritor estrella, y citando a Vila-Matas, en referencia a Bolaño, con la frase: “con su muerte nace una leyenda”; tomando el término leyenda en el sentido del diccionario: “obra que se lee”, y en el sentido literario: “obligatorio para leer”; y en la que se puede encontrar ese rasgo de imprecisión en la voces de la narración sobre la palabra de un escritor, que a su vez, es, quizás, un escritor inexistente.
Ya con esa incertidumbre de la no existencia, la vaguedad de la verdad o de un absoluto, la sospecha de tomar por cierto lo falso y viceversa, se viene a sumar lo que escuché del propio Erbóreo Frot: la presentación del libro inexistente.
Acorde con la época, y en presencia de escritores reconocidos, como ser Ricardo Piglia, Roberto Gárriz y otros escritores de la revista Odradek, se presentó un libro inexistente.
Con toda la serie de imprecisiones sobre el origen de la información, que viene dado no sólo por el extremo de la cadena: la letra escrita, hay que retroceder en el proceso y entre las pistas para desentrañar este nudo de perplejidades, no hay que perder las fechas de vista.
Tengo por punto de comienzo que Erbóreo Frot fue testigo en el famoso casamiento cuya crónica fue descripta por Roberto Gárriz en su libro “Echándonos de menos”; luego, se lo vio fuertemente involucrado en la organización de ciertos documentos, sobre un urticante tema que quizás, asombre algún día a la humanidad, que se sabe, es un libro inexistente, “El contracuadro de Dalí”, si se tiene por inexistente a un libro no publicado, pero del que algunos dicen ser testigos, no se sabe bien.
Luego, como mencioné antes, en la presentación de un libro inexistente, este último hecho ocurrió en el salón del Centro Cultural de España en Buenos Aires, el 26 de Agosto de 2009, en donde el supuesto autor, del supuesto libro, en presencia del propio Ricardo Piglia se explayó respecto al análisis de contenido del libro, en el que dicho sea de paso, trataba sobre la autoficción en la escritura de Piglia, tema suspicaz frente a la serie de aspectos inciertos, mientras, el libro del que se hablaba, se encontraba ausente.
En breves palabras, los futuros escritores se verán en no pocos problemas al intentar lo que se sugiere, y cito a Roberto Gárriz: .. Erbóreo Frot...sostiene que, con cierto entrenamiento en la lectura, se pueden conocer algunos aspectos de los escritores. El procedimiento es fácil: hay que abrir el libro (o la revista), seguir la letra impresa hasta la pluma (o la máquina de escribir o la computadora), allí subir por la mano hasta quedar frente a frente con el que escribió lo que se está leyendo. Mírelo a los ojos y sepa cómo es, cómo piensa, cómo se le ocurrió escribir eso.
Ahora le queda al lector, la detectivesca tarea de desentrañar si el texto de Roberto Gárriz es documental, diario, comentario, épica, o un género completamente nuevo que surge de todos ellos a la vez.
Este blog se mantiene con escritores de la Revista Odradek
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