De los nombres no se entra y se sale impune sin que haya alguna sospecha de fraude; el nombre que le da existencia a lo que no existe, es también, lo que le da identidad a todo; al menos es lo primero que aprendemos cuanto podemos escribir la primera palabra.
Lo interesante de los textos de Nora Martinez, en la revista Odradek, es que nos hace desestabilizar esas certezas, con sus personajes del texto “Los nombres”, en el número 35 de la revista Odradek, establece un juego narrativo de cómo una extensión de los reflejos de los relatos anteriores, la vida de Shim, su protagonista, parece casi líquida, se desliza como si flotara; de vez en cuando se asoma sobre la superficie anfibia de su existencia y traspasa una dimensión, en la que la realidad, la memoria, la nostalgia, nos muestran una perspectiva de su vida con la que podemos identificarnos; como si la luz de una irrealidad que brilla sobre sus pensamientos no iluminara a ninguno.
Especialmente las descripciones,… el ambiente se viera totalmente intoxicado de trapos…, suministran un clima sumamente efectivo, nos transmite una enorme ternura por Shim, y sus circunstancias.
Shim vive deslices mundanos, eso evita la fatiga por lo definitivo con que una tiende a relacionar al personaje, un poco porque todo parece que se va, que se diluye; pero la autora logra, con pequeños trazos, marcar la mirada con una historia diminuta resuelta en los detalles.
Casi todos podemos cambiar de nombre, usar un doble, un seudónimo, hacernos pasar por alguien, pero pocas veces se puede lograr que sea el cuerpo el que decide calzar en el nombre, y esa maravilla es la propone Nora Martinez con su hermoso relato sobre el gato Octubre.
Lo interesante de los textos de Nora Martinez, en la revista Odradek, es que nos hace desestabilizar esas certezas, con sus personajes del texto “Los nombres”, en el número 35 de la revista Odradek, establece un juego narrativo de cómo una extensión de los reflejos de los relatos anteriores, la vida de Shim, su protagonista, parece casi líquida, se desliza como si flotara; de vez en cuando se asoma sobre la superficie anfibia de su existencia y traspasa una dimensión, en la que la realidad, la memoria, la nostalgia, nos muestran una perspectiva de su vida con la que podemos identificarnos; como si la luz de una irrealidad que brilla sobre sus pensamientos no iluminara a ninguno.
Especialmente las descripciones,… el ambiente se viera totalmente intoxicado de trapos…, suministran un clima sumamente efectivo, nos transmite una enorme ternura por Shim, y sus circunstancias.
Shim vive deslices mundanos, eso evita la fatiga por lo definitivo con que una tiende a relacionar al personaje, un poco porque todo parece que se va, que se diluye; pero la autora logra, con pequeños trazos, marcar la mirada con una historia diminuta resuelta en los detalles.
Casi todos podemos cambiar de nombre, usar un doble, un seudónimo, hacernos pasar por alguien, pero pocas veces se puede lograr que sea el cuerpo el que decide calzar en el nombre, y esa maravilla es la propone Nora Martinez con su hermoso relato sobre el gato Octubre.
Ya estoy ansiosa por saber qué pasará en el próximo capítulo.
Este blog se mantiene con escritores de la Revista Odradek
Etiquetas: Ana Abregú, cuentos de escritores, literatura latinoamericana, Nora Martinez, Odradek, relatos
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