Las películas que reúnen varias estrellas del espectáculo en su elenco con cierto atractivo físico conformando un grupo de bandidos, o de presos recientemente fugados, o de prisioneros de guerra en el intento de burlar a sus custodios, en general decepcionan al público. Es que genera tanta expectativa la acumulación de nombres rutilantes que luego es difícil no defraudar.
Escribo pensando en Ocean’s trhirteen, con Brad Pitt, George Clooney y Andy García entre otros, pero también recuerdo Escape a la victoria con los futbolistas Pelé, nuestro Osvaldo Ardiles y Sylvester Stallone, todos intentado salir indemnes del desafío actoral. Hago un paréntesis para afirmar que también las películas con deportistas en el elenco suelen defraudar. Estoy pensando en los westerns con Matequilla Nápoles y Carlos Monzón, o en la que protagonizó un dibujo animado con Michael Jordan. Cierro paréntesis.
Confieso que no puedo negarle la oportunidad a ese tipo de películas del que empecé hablando antes del paréntesis. Me asalta ahora el recuerdo de Los doce del patíbulo, con Charles Bronson, Telly Savalas y Lee Marvin pero ya no está en ella el compendio de caras atractivas que venimos comentando.
Lo que más me gusta de estas películas es la forma en que se conocen los miembros de la futura banda o cómo se contactan en el caso de los presos. Cada uno tiene una habilidad especial que servirá después en función de algo que solamente el guionista ha previsto.
De todas esas películas hemos copiado, con ligeras modificaciones esas primeras partes para conformar el grupo de los que mensualmente hacemos la Revista Odradek. Acaso la mayor diferencia con las películas sea que en los equipos de bandidos cuando enrolan a una mujer -casi siempre es una sola mujer- lo hacen pensando en utilizarla como arma de distracción para los guardias. Son mujeres de una infinita velocidad para la seducción, capaces de hacer perder la cabeza desde un centinela, al director del Banco Central o del casino del país más importante del mundo. Si son más de una las que se confabulan, lo hacen para atracar no a un banco sino a un marido, y ese es otro tipo de película y de revista.
En Odradek las mujeres crecen en porcentaje respecto a las organizaciones de rufianes de las películas, escriben y cómo. Yanina Bouche, María Martha Gigena, Vanesa Pafundo, Nora Martínez cada una en su estilo y a su tiempo aportan a la misión el sustento imprescindible para que la revista sea considerada aquí y en el extranjero un modelo de sano equilibrio, tanto para la Organización Internacional de la Mujer, como para la Secretaría Internacional de Lucha contra el Crimen Organizado.
Este blog se mantiene con escritores de la Revista Odradek
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