Tal vez no suceda todo al mismo tiempo en el mismo lugar. Como cuando en un día de lluvia, en unas calles hay sol. O será una sensación. Pero parecería que la poesía está pisando fuerte últimamente. Hay rumores de rimas. Como en viejos tiempos. Todo vuelve. Habrá decantado la espuma de los días...
Ya Spinetta hizo sangrar al durazno, Borges se dejó acechar por el espejo, Machado masticó el junco tierno a la sombra del alba y Martí dejó la rosa como estaba, el barco de Pizarnik encalló en el infierno, Artaud exhibió su ombligo aturdido y hasta García Márquez, sin métrica, nos dejó eternamente perseguidos por nubes de mariposas amarillas.
Pregunto ¿qué es la poesía? ¿Qué la distingue? ¿La opacidad de un orden, instantáneo, de palabras? ¿Un devenir de ideas a la intemperie? ¿La naturaleza ciclónica del lenguaje? ¿El alma en estado espeso? ¿O acaso el sueño rescatado del abismo o capturado entre el apenas despertar y el primer mate? ¿Qué es, qué tiene?
Hurgando con los dedos en la arena removida de los versos y llevando la mano abierta hacia los ojos, se encuentran pedazos de caracol de antiguos mares, cantos partidos venidos de rocas solitarias, la huella pulverizada de una caminata, la espina mordisqueada de algún pez vencido, el agrisado pelo de una cabeza abierta al universo, un cierto chicle desterrado de su herida, o restos del mejor amor en versión látex.
Nora Martínez
Este blog se mantiene con escritores de la Revista Odradek
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Queres un té?
Querés un mate?
Queres coger?
Querés una vida mejor?
Querés que dure nuestro amor?
Querés un poco de humor?
Queres coger?
Querés que el mundo sea un lugar hermoso?
Queres que cante lleno de gozo?
Queres que no haya guerra ni destrozo?
Querés coger?
Querés la verdad irredenta?
Queres un caramelo de menta?
Querés que pida la cuenta?
Querés coger?
… bueno… dlae.
Esto es poesía, giles.
tu cabello, tus ojos
tus nuevos antojos…
tu culo
Tus ideas, tus vicios
tus dedos, tu andar
tu belleza sin par…
tu culo
Tu voz impaciente
tu mirada candente
tu estilo seguro…
tu culo
Tu reir desafiante
tu trabajo agobiante
en el cabarulo…
tu culo…
¿lo puedo manosear?
Alberto Démen Doza
Madrid, S.XIII
Cariños!