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Es lo que me causaron los texto de Yanina Bouche, “Erase” y “Ni olvido, ni perdón” de Vanesa Pafundo; para empezar, en “Erase”, la sugerencia de que la memoria no es esa cosa imperecedera que repta entre computadoras en donde todo permanece indefinidamente como si fueran nidos de bichos que ningún hormiguicida puede eliminar, sino por el contrario, un medio que exige un acto de desalojo, de despojo. Esta sensación de la memoria como proliferación de insectos se reafirma con la mención de Xanadú , término que disemina algún tipo de misterio inacabable, musa de historias interminables, originalmente el reino de Klublai Kan, pero que se usó para denominar películas, mansiones, leyendas, canciones, videojuegos y palabra candidata para sugerir futuros proyecto pendientes, lo que me hizo pensar que cuando se habla de memoria, se habla incluso de los múltiples sentidos que Xanadú sugiere. La autora, al desterrar Xanadú, destrona a la memoria como un mecanismo de resguardo.
Memoria y Xanadú, en el mismo texto son como un sinónimo y un oximorón a la vez, le otorgan al texto cierto sentido holístico.
Un efecto compartido con lo que me produjo “Ni olvido, ni perdón” de Vanesa Pafundo, sin olvidar el referente del título que no es sólo una frase, sino un sustantivo.
En ambos la incesancia se manifiesta de alguna manera que se resuelve o no, y me sugiere, por el contrario, un sentido de lo inextinguible, idea que persevera sin importar lo que se haga por proscribirla.
Me recordó un texto de la misma autora en referencia al escritor Salvador Elizondo, y cito: Aludir a la imposibilidad de la literatura llevaría implícito un supuesto: el de no buscar finalidad alguna en los textos que leemos. No habría, por lo tanto, un sentido “oculto” que al descifrarse sirva para explicar al texto; éste solo debe ser vivido, transitado y colocado en esa biblioteca que conforma nuestro archivo de lectura*
Reflexión que revela lo que me excitó cada lectura, textos que aparentemente no guardan vínculos entre sí, pero con el nexo de que ambos se encuentran en el mismo número de la revista Odradek, e incluso en la misma página, parecen encontrarse enfrentados, mirándose como en un espejo rugoso, en donde es en los pliegues donde se arma el sentido.
Odradek ha estado inmiscuido en los pensamientos e inspiración de los autores de este número.
Ambos textos en el número 26 de Odradek.

* Invito a leer el texto completo en http://www.metaliteratura.com.ar/ , en listado de destacados, artículo Salvador Elizondo, que se encuentra siguiendo las opciones del menú estrella: Literatura/crítica/de novela, con el título: Salvador Elizondo, una poética de la incesancia, Vanesa Pafundo.



Este blog se mantiene con escritores de la Revista Odradek

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